Memética

Los memes son elementos de información cultural que se transmiten de mente a mente con variaciones y selecciones, principalmente por imitación, y con tres características: fidelidad, fecundidad y longevidad. 

Las grandes tradiciones religiosas son memes longevos (miles de años), fecundos (decenas de miles de millones de personas a lo largo de la historia) y que han mantenido la suficiente fidelidad a los orígenes como para que los símbolos más ancestrales todavía tengan significado.

En el reino animal, incluso en los simios, las colaboraciones se restringen a los miembros de una familia o clan. El número de individuos involucrados en la colaboración es bastante reducido, ya que es necesaria una proximidad física y una reciprocidad bastante inmediata.

Los memes o las narrativas que los humanos son capaces de fabricar y sostener permiten extender las colaboraciones más allá de los lazos genéticos y de la proximidad y reciprocidad física.

En definitiva, estas narrativas permiten que dos humanos se consideren "hermanos" cuando en realidad tienen un vínculo genético débil o inexistente o cuando ni siquiera se han visto antes. Esto permite incrementar el número de individuos involucrados en un proyecto colaborativo.

Lo peor que le puede pasar a un meme no es que lo critiquen o que intenten aniquilarlo. Lo peor es la indiferencia que los condena a la falta de fecundidad y de longevidad.  Por eso hay tantos famosos (memes encarnados) que se exponen constantemente a la polémica.

Esto es a lo que pienso que se refería Banksy cuando decía que el anonimato es un superpoder: desligar a la persona del meme, evitar que la fama haga que la "idea" fagocite al ser humano que la encarna.

De hecho, la fama anónima es un superpoder en el sentido de que está solo al alcance de un pequeño grupo de privilegiados. Muy pocas personas "pueden" tener fama y de las pocas que la logran todavía son menos las que no han de poner en juego toda su identidad para alcanzarla.